Espero que no os suene muy tajante el título de esta entrada de blog, pero quiero ser así de contundente. Para centrar el tema, permitirme que os cuente mi historia.

Estudié Filología Inglesa y Alemán en Zaragoza ¡hace ya muchos, muchos años! Cuando iba terminando la carrera, me di cuenta de que casi todos mis compañeros se encaminaban a estudiar oposiciones o a dar clases en academias. Y yo no quería eso para mí. ¿Qué hago estudiando esto entonces? Mi primera Reinvención: Cursé un Máster en Marketing Internacional y Comercio Exterior. Con esto y aprovechando los idiomas, conseguí mi primer trabajo en Zaragoza: Importaba video juegos desde Japón y Corea y los vendía por todo el mundo.
Tras 11 años fuera, volví a Extremadura. Hice un Programa de Emprendimiento, y presenté un Plan de Negocio muy interesante en aquel momento, mientras colaboraba en una empresa familiar de Suministros de Hostelería. Siempre he tenido una venita emprendedora por ahí. Mi proyecto de negocio se quedó en el papel. Empecé a trabajar en una Escuela de Negocios, inicialmente
llevando el Departamento de Idiomas y dando clases de inglés, pero después me he requeteinventado porque he hecho de todo: Dirigir una Carrera, un MBA, impartir formación directiva, organizar y presentar grandes eventos empresariales, gestionar planes formativos de empresas, captar alumnos en Latinoamérica, montar un Departamento de clientes… Y así, sin darme cuenta pasaron 19 años (y muchas más de las 500 noches que diría el maestro Sabina).

Llegó un día en el que fui consciente de que ni yo podía aportar más a la empresa, ni la empresa podía aportarme más a mí. Y lo dejé todo. Me bajé del carro y me tomé un año sabático. Sé que es algo que en España parece una locura, pero en muchos otros países del mundo es de lo más habitual e incluso lo recomiendan. Personalmente, os aseguro que es muy sano.
Me dediqué a mí misma, a pensar en qué quería hacer en mi vida. ¡Ya estaba a punto de cumplir 50 años! Y me volví a reinventar. Me apasiona viajar y decidí hacer de mi pasión, mi trabajo.
Así, en 2017 inicié Viajes NinesCalle.com, una agencia de viajes a medida que cumple todo con lo que siempre había soñado. No tengo sede física, por lo que puedo trabajar por todo el mundo. No tengo jefes ni empleados, todo depende de mi propio esfuerzo. Y estoy en permanente contacto con gente, que es lo que siempre me ha gustado.
Mi diferenciación es que tengo que conocer al cliente antes de presentarle un viaje. Cuando me piden un viaje, quedamos a tomar un café o una caña si es posible, o hablamos varias veces por teléfono, o videollamada… Quiero conocer sus prioridades, qué le ilusiona, su presupuesto… Y diseño algo que sé que le va a gustar.

Por otra parte, y pensando mucho en las mujeres, planteé una idea que está siendo un éxito. Los viajes “Juntos Pero No Revueltos”. Lo hice porque mucha gente (sobre todo mujeres) me decían, me encantaría viajar, pero no se inglés, o no coincido con mis amigas, o a mi pareja no le gusta… En estos viajes voy yo y se apunta quien quiere. Lo pasamos fenomenal. Hemos ido a Argentina, Toscana, Egipto, Costa Rica, Azores…

SOY AFORTUNADA. Tengo el trabajo más bonito del mundo, conozco ya 54 países y hago feliz a mucha
gente.

Y ahora llega ese puñetero 2020, en el que tenía una expectativa de crecimiento muy buena, y me da una bofetada. Así, sin avisar. Tengo que cancelar todo lo vendido, deshacer todo el trabajo, devolver dinero a mis clientes, que a veces no he conseguido recuperar de mis proveedores. Un horror. Y sí, me pone en mi sitio y me hacer darme cuenta de que no todo depende de mí. Os ha pasado a muchas ¿verdad? Vale. Nadie viaja ahora. Bueno, yo un poquito. He hecho en octubre un viaje a Tanzania y Zanzibar para conocerlo y poder recomendarlo con criterio a mis futuros clientes, como me gusta hacer. Y ha sido increíble. Me he enamorado de Africa y quiero seguir descubriéndola. Con este viaje, he tomado oxígeno para aguantar unos meses más.
Y cuando vuelvo, no hago más que escuchar. HAY QUE REINVENTARSE. Y yo digo NO. Ya me he reinventado muchas veces y ahora tengo el trabajo de mis sueños. Además de reinventarse, uno puede elegir otras opciones: adaptarse, minimizar gastos, prepararse para cuando pase esta pandemia. Que… ¿hay que tirar de ahorros o de préstamos ICO? Claro, pero no por ello voy a dejar de ser feliz con lo que tanto me ha costado.
Por eso os animo a que luchéis por lo que hacéis si realmente os gusta. Esto es un paréntesis, no es un punto final. Y la vida volverá a ser como era. Quizás incluso seremos más conscientes de lo importante que es no dejar para otro año aquello que nos ilusionaba. ¡Menos desear y más hacer!

Yo os espero aquí, preparando nuevos destinos para cuando estéis listas. De momento, lo que recomiendo a
mis clientes: “Hacer Hucha” para poder conocer todo ese maravilloso mundo que os espera con los brazos
abiertos.

Nines Calle.

ninescalle.com