En estos momentos de cambio, incertidumbre y miedo…. así iba a empezar este artículo, pero en realidad creo que son momentos de avance, de nuevas oportunidades, de coraje, de creatividad… tenemos un gran reto por delante y las Plantas Medicinales nos pueden ayudar.
Me estoy refiriendo a la energía sanadora de las plantas que más allá de ayudarnos en dificultades respiratorias, estados febriles, fortalecer nuestro sistema autoinmune y un largo etcétera, nos van a aportar esa energía que necesitamos para estar centradas, conectadas y en equilibrio. Esa energía que nos va a cuidar y a mimar, nos va a dar fuerza espiritual, coraje, equilibrio, tolerancia, paciencia, seguridad, alegría, amabilidad y compasión.
Plantas que tenemos cerca, muchas de ellas al alcance de la mano, plantas que nos van a proteger para seguir adelante.
Veamos algunas de ellas:
Romero: Planta adaptógena, es decir, nos va a ayudar a adaptarnos a los cambios externos e internos que nos producen estrés; cambios de estación, coronavirus, inseguridad laboral… nos aporta Fortaleza espiritual, física y anímica.
Tomillo: Valentía y coraje para llevar a cabo nuestros propósitos y proyectos. Va a proteger y fortalecer nuestro sistema autoinmune y nuestro aparato respiratorio, nos enseña a respirar la vida sin miedo.
Llantén: Buscar la justicia y el equilibrio en nuestro interior. No enfocándonos tanto en el exterior, en las actuaciones de los demás, sino centrándonos en nuestra coherencia personal. Actúa como antibiótico natural, para problemas respiratorios y digestivos.
Espino Blanco: Cuando la tristeza nos embarga, para recuperar la esperanza perdida y que la alegría se abra paso en nuestro corazón. Alivia nuestras penas y angustias.
Gran Tónico cardíaco que mitigará nuestra tensión. En casos de hipertensión es un gran compañero.
Artemisa Annua: Fortalecedora de nuestro sistema autoinmune, gran ayuda en infecciones víricas relacionadas con el aparato respiratorio.
Cuando hay cansancio, fatiga tanto física como vital y en situaciones de estrés será una gran amiga y aliada.
Melisa: “Hierba de la ilusión”
A través de ella recuperamos la esperanza cuando falta la salud y desaparece la alegría. Es bálsamo del alma cuando falta el amor. Alegra el corazón alejando las penas e inspirando simpatía y cordialidad, serena la tensión nerviosa.
Para fatiga mental y pesimismo vital, para la hipocondría, temores y miedos.
Equinácea: Aporta mayor resistencia a todos los agentes externos que nos agredan como: virus, bacterias, sustancias toxicas y diferentes bacilos.
Impide la propagación de diversos tipos de infección como, por ejemplo, resfriados, gripes e infecciones a nivel cutáneo. Antibiótico natural.
Tener buenas defensas, implica mayor capacidad de estar centradas.
Manzanilla: “La compañera”
Así la llamo, porque cumple este papel en la medida que ayuda a reforzar la sinergia de las plantas, es decir ayuda a sacar lo mejor de cada planta con la que interactúa y combina por sus propiedades muy variadas con muchas de ellas.
Siempre puede estar a nuestro lado.
Nos enseña del trabajo en equipo y de la cualidad de un buen líder, sacar la luz de cada miembro de este.
Cuando hay inquietud, irritabilidad, confusión, miedo, stress e hipersensibilidad.
Planta de serenidad y templanza.
Estas son algunas de las plantas que nos prestan su ayuda.
La Naturaleza nos esta ofreciendo estos regalos de forma generosa y abundante y ahora más que nunca nos corresponde plantearnos abrirlos y dar las gracias.
Ana Puyal
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