Estamos acostumbradas/os a esperar, esperar que a todo mejore, esperar un buen trabajo, esperar nuevos proyectos, esperar la/ el cliente ideal, esperar que nuestra salud mejore, esperar a tener una relación de pareja maravillosa…Por defecto nos parece que nuestro presente es inadecuado, le falta algo, no es del todo completo y por eso no podemos estar bien, en paz.  Y siempre estamos esperando. Siempre hay algo que esperar que haga que todo mejore.

 

Ahora el mundo se ha detenido, nuestros proyectos también, y esperamos a que todo esto pase, a que el virus pase, a que me dejen salir, a que pueda trabajar, a que todo sea como antes… Contenemos la respiración, cerramos los ojos y a aguantar como se pueda hasta que todo esto esté lejos. Muy lejos de nosotras/os, muy lejos, porque así no puedo estar bien, nada parece que esté bien en esta realidad que vivimos en el presente.

 

Y dejar pasar los días como podamos, entretenerme con lo que sea, preocuparme mucho, sentir miedo, enfadarme…

 

Y esperando la vida pasa y ni te has enterado. Qué tópico más repetido, ¿verdad?. Pues seguimos sin enterarnos, seguimos sin entender de qué va la vida, y seguimos quejándonos y esperando, viviendo sin vivir, sintiendo que todo está mal, que es imperfecto, que debe haber algún error, que alguien tiene la culpa de todo, quien sea que haya hecho las reglas de este juego.

 

Y los días pasan, y los años pasan, y tu vida pasa.

 

Yo me cansé de esperar, yo me cansé de luchar contra mi presente, yo me cansé de sentir que todo (o casi todo) está mal en mi vida, que no deberían ser las cosas así, como son. Ya me cansé, es agotador.

 

Tu presente nunca va a ser como tu mente dice que tiene que ser, la vida no es como tu mente dice que tiene que ser. Te propongo un juego. Te invito a que aprendas a entrenar tu mente, tus pensamientos, que seas tú la que los controles, los domines, los dirijas. Se puede, si. La vida no se puede controlar, nuestras emociones tampoco, pero nuestros pensamientos sí.

 

No dejes pasar la vida simplemente esperando. Cambia tu foco de atención, haz una lista por las cosas que puedes estar agradecida, sí, es otro tópico, pero es verdad. Si no hubiera pensamientos en tu mente que hicieran que tu atención se enfoque hacía lo que falta, lo que no tienes, lo que no es, lo que no puede ser en este instante, el problema…Seguro que podrías observar todo lo positivo que tienes, todo lo maravilloso que existe en este mismo instante en tu realidad (agua potable, ducha caliente, personas que se preocupan por ti…) ve a lo básico, la vida nos pide que vayamos a lo básico. Y en lo básico vas a encontrar lo que necesitas para estar bien, para sentirte completa y satisfecha. Ya, lo sé, tu ego te va a decir que no, se va a resistir a esto, porque tu ego te va a seguir contando la historia de que te hace falta mucho para estar bien, y que como no lo tienes (aquello que sientas que te hace falta) pues no puedes disfrutar de la vida.

 

Y ahora crea tu propio mantra, repite en tu cabeza la frase:”Voy a hacer que cada día cuente”, una y otra vez, una y otra vez.

 

Nuestra mente se termina creyendo aquello que le contamos, lo que pasa es que solo le contamos cosas terribles, y se las cree. Dile a tu mente que quieres que cada día cuente, que cada instante de tu vida cuente. Que deje de esperar para empezar a vivir. Tu mente empieza a encontrar formas de hacer que tu vida cuente. La magia no ocurre fuera de nosotras/os, la magia la hacemos nosotras/os con nuestra actitud, con nuestros pensamientos y nuestras ganas de vivir.

Deja de esperar para empezar a vivir.

 

LAURA ÁLVAREZ RODRÍGUEZ. Coach, Formadora y Creativa.