CERVICALGIAS
¿Por qué hemos decidido hablar sobre este tema tan común?
Pues por eso mismo, porque es muy conocido, muy sufrido socialmente, pero a la vez, muy mal definido y abordado.
Si nos vamos a la definición etimológica, cervicalgia significa “dolor en el área cervical” y no por ello tenemos que echarle la culpa, como mayoritariamente se hace, a la musculatura cervical.
Ciertamente, la musculatura cervical es la que puede estar dando parte de esa sintomatología: dolor local en la zona de hombros, parte más alta de la espalda, zona de unión entre cabeza y cuello, o incluso dolores de cabeza (cefaleas).
Pero tenemos que pararnos a pensar, como de hecho hacemos en la consulta con los pacientes, por qué esta musculatura está “contracturada” y está dando esos síntomas.
Si curioseamos un poco y miramos una imagen de la columna vertebral, descubrirás que las vértebras cervicales son muy pequeñas en relación con las vértebras lumbares, que poseen grandes y densos cuerpos vertebrales que dan soporte y estabilidad a esa zona y las zonas adyacentes.
Por tanto, estas vértebras cervicales necesitan de la ayuda de todo el tejido blando que las rodea: músculos, ligamentos, cápsulas articulares…
Y por tanto, este tejido blando es el que va a responder ante cualquier problema que surja en las vértebras cervicales, a modo de protección.
Entonces, ¿crees que trabajar únicamente la musculatura dolorosa mediante aplicación de una crema, tomar antiinflamatorios o lo que es peor, relajantes musculares, puede solucionar el problema?
Rotundamente, NO.
Y llegados a este punto, much@s habréis entendido el motivo, pero prefiero aclararlo sencillamente.
Si pasamos mucho tiempo en posiciones estáticas, como ocurre en la vida actual, ya sea por horas sentados frente a un ordenador, o de pie frente a una mesa de una cadena de montaje, ocurren varias secuencias:
- Lo primero que ocurre es que la postura empieza a modificarse por cansancio de la musculatura erectora de la columna, ya que su función natural no es mantener la misma posición durante tanto tiempo. Estamos hechos para movernos. Por este hecho, las curvas de la columna se modifican con el paso de las horas y pierden capacidad de amortiguación.
- En segundo lugar, al pasar horas con la misma posición, la columna lumbar pierde la capacidad de movimiento y sostén, y va depositando esta responsabilidad en la columna cervical, que está en el otro extremo de la columna, pero cuya función no es la de soporte y sostén como ya hemos comentado, ya que las vértebras son más pequeñas y no tienen esa capacidad; están preparadas para el movimiento y no para la carga.
- La región cervical, sintiendo esta carga que se le está atribuyendo, “solicita” ayuda a las estructuras vecinas y ahí está la musculatura para prestar su ayuda.
AQUÍ ES EL MOMENTO EN EL QUE SE INICIA LA “CONTRACTURA” CERVICAL y el resto de sintomatología asociada (dolor local y/o a distancia; zona muscular endurecida, dolor al estiramiento, dolor tipo “pinchazo”…)
¿Creéis ahora que combatir estos síntomas con la toma de relajantes musculares o medicación similar puede ser favorable y resolverá la causa del problema?
Nuevamente, NO. De hecho, le estamos quitando a la columna vertebral la protección muscular que esa le aporta.
Siempre debemos hacer una exploración global y descubrir las zonas responsables de falta de movilidad (entre otras) para abordar el problema desde la raíz.
No dejes que el dolor cervical limite tu vida, ¡disfruta de sentirte bien!
Rocío Megías Naranjo. Fisioterapeuta y osteópata.
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