Hoy os quiero llevar a mi historia, la que más me ha marcado en estos últimos años y a la esencia de Finca Villa Juan.
Una historia que supone una gran perdida, un inmenso dolor, unos impresionantes aprendizajes y para mi personalmente un siguiente Master de vida para mi futuro de ¨doctorados de este mundo¨ del cual estoy muy agradecida y orgullosa por los inmensos aprendizajes que me va dejando.
Mi historia con Extremadura y con el emprendimiento comienza en 2012 con la perdida repentina de mi padre. Un golpe de teléfono, yo en esos momentos vivía en Alemania. Llega a mi móvil un previo mensaje con un ¨llámame ahora mismo que ha pasado algo horrible¨. En ese momento y con mi característica practicidad me llevó a pensar, ¨mi padre ha muerto¨.
Padres separados, sin hermanos ni primos y con una madre, nada sencilla y no capacitada para apoyar.
Después de esta tormenta que dura meses y años, pero de nuevo acarrea inmensas lecciones, decido dos años más tarde y con la ¨de repente vacía casa de pueblo de mi padre¨ abrir un hotel.
Juan era mi padre y como tal quería que el hotel llevara su nombre. No tuvimos una gran relación estrecha padre e hija, pero nos queríamos mucho, de una manera muy peculiar diría yo. Con el tiempo aprendí a aceptarle y a quererle como era y él a llevar al pequeño potrito desbocado que tenía como hija.
Con dolor, rabia y con una inmensa cabezonería empecé el proyecto que impresionada se me empezaron a abrir puertas prácticamente por si solas. Se dieron una serie de casualidades y coincidencias que ponen los pelos de punta, y es que creo que muchas veces la vida se trata de ver los caminos que se van abriendo de manera sutil.
En un principio, para mi Extremadura era tremendamente desconocida, no tenía ninguna relación con ella y por aquel entonces, 2012 la había pisado escasamente 5 -6 veces en mi vida.
Nunca pensé cuando me encontraba en esa lúgubre iglesia en el funeral de mi padre, con todo el pueblo presente y las campanas sin parar de sonar (costumbre extremeña cuando alguien fallece que lo hace más dramático y terrorífico si cabe) nunca imaginé que dos años más tarde iba a estar abriendo un pequeño boutique hotel. En ese mismo pueblo.
La Mayoría de los proyectos empresariales se relacionan de alguna manera con un tema personal o algo que has hecho durante muchos años anteriores, al menos esto he percibido en muchas ocasiones y creo que es un acierto para saber un poco donde te mueves.
Quizá mi comienzo no es muy positivo y alegre, pero creo que tal y como se dieron las cosas ayudó a que hoy seamos ese pequeño palacete rural que somos en el pueblo y que recibe a gente de todo España y también muchos extranjeros internacionales.
Mi humilde opinión creo que no hay un proyecto que salga sin una persona remando contra viento y marea. Cuando en tu mente la actitud es: “Esto sale si o si” creo que ahí es cuando no hay otra opción que no parar hasta que lo logras, más que nada porque el destino al final se cansa y dice ¨vamos a dejar que este proyecto salga porque esta mujer no nos va a dejar en paz¨.
Por no hacer el cuento excesivamente largo, al año de morir mi padre me inscribí en un master y cuando empecé a notar que la empresa alemana para la cual trabajaba por aquel entonces en Madrid que no mostraban un gran interés por sus resultados, empecé a plantearme abrir el hotel en 2012. Con una situación económica nada alentadora, una crisis galopante por las calles de Madrid y en cada recoveco de España y resto del mundo comencé el proyecto del hotel.
Empecé a hacer un master y mientras lo estudiaba y tras a la motivación que me daban muchos compañeros, entre ellos sobre todo un compañero colombiano, que luego se convirtió en un gran amigo, una persona muy inquieta y muy peleona.
Tras tener mucha inspiración gracias a él decidí ponerme con el proyecto de convertir la casa de mi padre en palacete rural. No hay nada en este mundo como unirte a gente inquieta, emprendedora, trabajadora, con sueños muy ambiciosas para aprender de ellos y empezar a trazar un camino similar.
Entre el poco apoyo familiar y algún que otro comentario, de: “está loca, aquí no hay nada¨ me embarque en este proyecto.
Como todo en esta vida las limitaciones dependen muchas veces de nuestra cabeza o de lo que nos permitimos creer.
Para mi las barreras son siempre mentales en este mundo.
Me puse en marcha con obras, empecé mi plan de empresa, empecé a presenciar durante largos meses un desfile de albañiles, fontaneros, carpinteros…. Tenía la pasarela de Nueva York pero en Ribera del Fresno y de distintas modalidades… sin tanto glamour y más informal.
Mientras me veía avanzando y aprendiendo, empecé a darme cuenta que si quería ingresar más y tener mejores resultados económicos el secreto era tener más presencia online, posicionar mi hotel, hacer las mejores campañas en Facebook ads, compartir el mejor contenido que llevara a mis clientes a una compra, diferenciarme del resto!
Empecé a estudiar marketing digital, posicionamiento SEO, Google AdWords, como diseñar webs en WordPress para poder llevar mejor la mía propia. Abrí, digamos, las puertas de un mundo que a día de hoy no para de tener habitaciones, es un tema tan amplio y tan interesante que a día de hoy sigo indagando.
Yo sinceramente animaría a toda persona que tenga una inquietud o un sueño profesional y que mas o menos pueda contar con una pequeña inversión inicial, aunque a día de hoy y gracias a los Fondos Europeos hay mucha ayuda económica en Extremadura para nuevos emprendedores, les animaría a experimentar la maravillosa experiencia de montar tu propia empresa.
Estos últimos años este ha sido mi aprendizaje: ¨hazlo como si debieras tener éxito, trabaja con plena dedicación, pon amor en lo que haces, si sale será un éxito, si no sale te llevaras un inmenso aprendizaje probablemente el que necesitabas para que la siguiente vez tenga éxito¨.
Y así, con este pensamiento siempre que me embarco en una nueva idea o proyecto, esta forma de pensar me quita el miedo y me da una inmensa fuerza.
Espero que os haya sido útil y os llevéis algo positivo o algún aprendizaje de estas líneas!
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¡Hasta la próxima!
Marina López-Tapias Cotto.