Hablando recientemente con una amiga sobre todas esas destrezas tan necesarias en los tiempos que corren, salió a relucir que una de las cosas que a ella le gustaría mejorar era la destreza de saber escuchar. Sí, esa capacidad de dejar de estar constantemente formulando en tu cerebro posibles respuestas a lo que dice el otro en lugar de escuchar detenidamente para entender el verdadero significado detrás del mensaje. Y bueno, sobre esto me gustaría hablarles hoy.
En muchas ocasiones, cuando tenemos conversaciones con las personas, puede que estemos escuchando lo que dicen, pero no estamos realmente entendiendo lo que nos quieren decir. No solo existe la posibilidad de que el mensaje que emite el interlocutor sea diferente a lo que se pretende, sino que también podemos malinterpretar el mensaje una vez lo escuchamos.
Esto podría crear rupturas en la comunicación y de igual manera, trae bastante drama innecesario entre las partes involucradas.
Una de las destrezas fundamentales en una relación terapéutica o de coaching es saber escuchar a tus clientes y, en cualquier caso, saber escuchar al otro en cualquier tipo de relación. Hoy me gustaría compartir contigo una herramienta muy útil para que puedan escuchar genuinamente cuando alguien les está hablando. Te comentaré sobre los tres componentes principales para una comunicación efectiva y te guiaré paso a paso a través del proceso de identificación de ese verdadero significado en cualquier conversación en la que seas participe.
Bien, te voy a ofrecer una herramienta que será muy útil y de mucha ayuda, aunque es muy sencilla. Y por esto, no me gustaría que pienses que, como es fácil, pues no lo vas a poner en práctica.
Hay una diferencia enorme entre oír y escuchar atentamente. La diferencia y te la voy a plantear desde la siguiente perspectiva. Me gustaría que te imagines que alguien te está hablando, ¿sí? Te explicaré todo el proceso que ocurre cuando las personas están teniendo una conversación.
Bien, hay una persona hablándote y
1.Esa persona está pensando en lo que pretende comunicar. Están pensando en lo que quiere decir y
- Luego está lo que realmente está diciendo, es decir, lo que está saliendo de su boca. Y algunas veces, lo que intenta decir no es lo que precisamente sale por su boca. Es increíble, pero es así.
- Y, por otro lado, está lo que tú estás escuchando que dice y luego la interpretación que le das a eso que oíste.
Es fascinante, todo este proceso en cuestión de segundos.
Así que son unas cuatro capas en la comunicación y muchas veces, ni siquiera escuchamos lo que verdaderamente la gente nos quiere decir. Estamos mucho más centrados e interesados en el significado que queremos darle. Así que, me gustaría que esto quedara bien claro. Está lo que la persona desea decir y luego está la interpretación que tú le das a lo que esa persona está queriendo decir.
Bien, repasando lo que en repetidas ocasiones comento a mis Valiossas, tus pensamientos determinan el cómo te sientes. Y por eso mismo, lo que pensamos o creemos que dijo el otro, determina el cómo nos sentimos. Así que, tenemos lo que el otro está diciendo y luego está tu pensamiento sobre lo que él o ella dijo y eso determina lo que sientes.
Así que esto son unas estupendas noticias para nosotras porque nos hace estar conscientes de que NADIE tiene el poder sobre nosotras para crearnos emociones. Solamente nosotras podemos hacerlo. Y es cuando entendemos esto, que realmente comenzamos a escuchar activa y atentamente. Y la manera en que escuchamos atentamente es cuando intentamos comprender los tres componentes sobre lo que está ocurriendo.
Al principio va a ser bastante retante y te costará. Bien y no se pretende conseguirlo todo en la próxima conversación que tengas al terminar de leer este blog. Al principio lo que harás, será, que valorarás las conversaciones que tengas con alguien cuando éstas hayan terminado. Así se va practicando, de a poco. Lo que yo hago con mis clientes es que cuando me comentan sobre cómo alguien les ha “herido sus sentimientos”, lo que hacemos es dividir en partes: 1) lo que la persona dijo 2) el pensamiento que mi cliente ha tenido sobre lo que esa persona le dijo y 3) nos imaginamos lo que esa persona quiso decir y por qué lo dijo.
Así que, voy a darte varias opciones sobre cómo mirar la situación y que te sea de mucha ayuda. Primero, pregúntate ¿por qué está persona está diciendo lo que sea que está diciendo? Sin ponerle una carga positiva, ni negativa al asunto, solo preguntándote ¿por qué lo estará diciendo? Aunque sea lo más agradable o desagradable del mundo. Lo que te interesa encontrar es la razón de la otra persona, en su cerebro, no en el tuyo, ¿de acuerdo?
Si alguien te dice “No me caes bien” o “No me gustas”. Lo que te debes preguntar a ti misma es ¿por qué estará diciendo esto? Si buscas la respuesta en TU cerebro, tu cerebro te ofrecerá toda una gama y repertorio de razones por las cuales tú no eres alguien que le cae bien a la gente, tu cerebro te dirá todas las razones por las cuales el que te lo está diciendo es un grosero e indeseable, ¿me sigues? Nuestro cerebro, inmediatamente va a ir a la defensiva e interpretará eso como una manera que aparenta ser protectora para ti.
Y es por esto que tu no quieres ir a tu cerebro en búsqueda de respuestas. Entonces, volvemos, esa persona te ha dicho que no le caes bien, entonces te preguntas por qué la persona estará diciendo esto, buscando las posibles razones en su cerebro, no en el tuyo. ¿Qué estará esa persona pensando o sintiendo que le está provocando llegar a decir esto?
Esto cambia toda la situación, esto marca un punto de inflexión, porque tan pronto como hagas este ejercicio de mirar en la cabeza del otro, de preguntarte ¿por qué estará diciendo esto?, tu cerebro estará abierto a interpretar las cosas con mucha más compasión.
Así que cuando alguien te dice algo como el ejemplo que hemos dado anteriormente, “No me gustas, no me caes bien”. Puedes pensar, desde esta nueva perspectiva, que esa persona muy probablemente tenga miedo a algo, o que piense que tu hayas herido sus sentimientos o que hiciste algo que probablemente no le ha gustado, o me está responsabilizando por algo que les esté pasando en su vida. También puedo pensar que, si alguien me ha dicho que no le caigo bien, igual está confundido sobre mí.
Ahora, el hacerte esta pregunta, ¿por qué estará diciendo esto?, solo, cambiará radicalmente tu manera de interactuar con la gente. Otra cosa que puedes hacer es preguntarle directamente, ¿por qué estás diciendo
Recordemos, no queremos escuchar solo lo que dice nuestro cerebro, queremos escuchar lo que pensamos que está sucediendo en el cerebro del otro (que nunca lo sabremos con exactitud, a menos que preguntemos directamente, pero eso no es lo importante, tener algo exacto, lo importante es que nos hace cambiar de perspectiva y nos saca del juicio de nuestro propio cerebro).
Luego, desde ese lugar al que llegas preguntándote, qué es lo que está pasando por la cabeza del otro, desde ese lugar es que puedes tomar acción mostrándote en un rol mucho más compasivo, motivada, versus estar a la defensiva contigo misma y con el otro debido a tu propia mente.
Bien, hagamos un rápido resumen sobre escuchar atentamente. Cuando alguien te está hablando te encuentras con:
Lo que esa persona está pensando…
Con lo que esa persona te está diciendo…
Luego está lo que tú estás escuchando que dice
Y entonces está, lo que tú has interpretando en tu mente.
¿Tenías idea de todo este proceso?
Cuando escuchas atentamente, te preguntas a ti misma “¿Por qué estará diciendo esto?” Y te adentras a su mente, no a la tuya, para ver qué podría estar esa persona pensando.
Es una experiencia muy, pero que muy esclarecedora. Es una sensación muy hermosa el sentirte capaz de entender a los demás y tomarte ese tiempo para escucharles atentamente. Ponerlo en práctica cambiará radicalmente tus relaciones con las demás personas.
Genial, espero hayas disfrutado y aprendido algo nuevo hoy.
Te invito a ponerlo en práctica y te recuerdo que puedes ponerte en contacto conmigo en info@valiossas.com para comentarme si te ha funcionado o por si tienes cualquier duda o comentario.
Recibe un fuerte abrazo.
Vanessa Gómez Elías, Psicóloga y Life Coach